Es verdad que todo en exceso termina por afectarnos. Cualquier actividad que se realiza de manera exagerada termina por fastidiar, cansar y aburrir. En cualquier faceta de la vida se debería buscar un adecuado balance, si bien, en algunos casos no es fácil concretarlo. Tomando en cuenta el entorno actual y las condiciones del planeta por la pandemia del Covid 19 es comprensible que hasta las actividades laborales se hayan visto alteradas y sean ahora algo muy distinto a lo que estábamos acostumbrados.
Así entonces, el coronavirus ha modificado de manera radical las reglas que servían como directrices para realizar el trabajo cotidiano. Conviene comentar con más detalle hasta qué punto y cómo debemos equilibrar una de sus facetas más vigentes, el teletrabajo, con una de las necesidades humanas más comprensibles, el esparcimiento.
De entrada, hay que entender que el trabajo es trabajo, cualquiera que sea y en cualquier circunstancia que se presente. Aunque se presente una crisis sanitaria como la que estamos transitando debemos trabajar y procurar el gasto de nuestra casa. De no hacerlo así se tendría que optar por los ahorros que se tengan para sostenernos durante cierto periodo, pero la verdad es que no se puede depender de esos recursos durante un tiempo ilimitado.
El trabajo a distancia es el recurso más adoptado por las empresas para seguir en actividad aún durante la cuarentena del coronavirus. Las características que tiene esta modalidad laboral nos evitan cualquier riesgo de contagio de Covid 19.
Si se tiene que realizar alguna presentación o documento importante, se puede llevar a cabo sin problemas desde el hogar y luego subirlo a la nube o compartirlo con nuestro equipo de colaboradores utilizando el correo electrónico.
Para fines de realizar una conferencia en estos tiempos de coronavirus basta con utilizar herramientas de videollamada como Zoom o Whattsap. Son recursos informáticos seguros, eficaces y siempre provechosos para el trabajo a distancia.
En contraparte, debemos tener precaución trabajando en casa para evitar que las distracciones en línea y en un entorno donde nos sentimos demasiado a gusto o en confianza, como nuestro domicilio, nos lleven a distracciones y a ver afectada nuestra productividad.
Hay tiempo para todo, así como se utiliza la Red para el cumplimiento de las obligaciones del trabajo, una vez concluida la jornada de actividades también se puede aprovechar internet para el esparcimiento.