El empresario es aquel individuo que se encarga de dirigir una empresa o negocio. El emprendedor, por su parte, es quien se decide a realizar acciones inciertas o complicadas. De acuerdo a lo que nos señala la mayoría de las definiciones más aceptadas, la distinción puede ser más o menos evidente. N obstante, ser emprendedor o empresario tiene que ver con otros aspectos, responsabilidades y desafíos.
Vamos a ahondar en la diferencia entre emprendedor y empresario. Este último busca concretar negocios con el propósito de satisfacer las necesidades de los demás a cambio de ganancias financieras. El emprendedor hace algo parecido pero no siempre buscando ganancias económicas, sino más bien alcanzar objetivos que pueden ser sociales o personales.
Puede pensarse en el empresario como un realizador de proyectos, un administrador de iniciativas que están dirigidos a firmas productoras de bienes y prestadoras de servicios que son provechosos para cierta clase de personas. En cambio el emprendedor se orienta hacia metas más relacionadas con clientes potenciales, a la vez que consigue cumplir desafíos personales.
Elemento indispensable de una compañía, el empresario es la persona que por sus capacidades y preparación es capaz de hacer crecer un negocio. El emprendedor no tiene demasiado tiempo, por lo cual requiere de personas que le ayuden a cumplir sus tareas sin caer en estériles discusiones.
Lo que un empresario utiliza como parámetro para saber si un proyecto es estable o no, son las referencias numéricas. Lo mismo para determinar hasta qué punto un empleado es eficiente. El emprendedor tiene un conocimiento profundo de su compañía y quienes trabajan en ella. De hecho, por lo general dedican un tiempo considerable en comunicarse con sus empleados: como jefe es más cercano y accesible.
Mientras que los empresarios son más pragmáticos y en base a los resultados es como determinan el éxito de un proyecto o la eficacia de un colaborador, los emprendedores valoran más el esfuerzo y compromiso de un trabajador.