Definitivamente el desaparecido Steve Jobs, inolvidable CEO de Apple, era una persona sumamente activa, exitosa y fructífera. Pero, ¿cuál era el secreto de su gran rendimiento profesional? No era alguien ajeno a los defectos: por cada idea genial tenía muchas que podrían ser consideradas como desacertadas. Incluso en Apple no era alguien con quien resultara grato o fácil colaborar. Pero aún con ello fue muy exitoso y poseía ciertos trucos de productividad que vale la pena recordar.
Quitarse lo accesorio y concentrarse en lo esencial
De acuerdo a Jobs, quien en cierta ocasión aconsejó a la empresa Nike que evaluara su catálogo y quitara lo menos relevante, en la vida diaria hay que proceder igual. Hay que deshacernos de aquellas actividades que no nos dejan nada en la vida y concentrarnos en lo verdaderamente significativo.
Tener experiencias más vitales
Concentrarse en ciertas tareas no quiere decir que tengamos que deshacernos de cualquier otra cosa. En un célebre discurso ofrecido en la Universidad de Stanford, Jobs ponderó la importancia de mirar siempre en torno nuestro para incrementar la cantidad de posibilidades de éxito. De manera que abrirse a experiencias más vitales aumenta nuestro potencial de productividad.
Evaluar nuestra vida día con día
Y luego de llevar a cabo este ejercicio es necesario hacer los ajustes debidos para que nos vaya mejor. En este mismo discurso que Jobs ofreció en Stanford, Jobs mencionó que la principal motivación que tenía para vivir era la muerte. Y aunque en aquel momento podría haber sonado un poco tenebroso este comentario, lo que Jobs deseaba comunicar era que valoráramos continuamente nuestras actividades y reconociéramos si eso era lo que verdaderamente deseábamos hacer. De no ser así lo mejor es evaluar las opciones de un cambio de rumbo en la vida.